miércoles, 6 de agosto de 2008

Jean-Paul Sartre



(París, 21 de junio de 1905 – ibídem, 15 de abril de 1980), conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre, fue un filósofo, escritor y dramaturgo francés, exponente del existencialismo. Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, pero lo rechazó explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones.




Historia personal
Los padres de Sartre fueron Jean-Baptiste Sartre, un oficial naval, y Anne-Marie Schweitzer, hermana de
Albert Schweitzer. Su padre murió de fiebre cuando él tenía 15 meses, y Anne-Marie lo crió con ayuda de su abuelo, Charles Schweitzer, quien enseñaría matemáticas a Jean-Paul y le introduciría desde muy joven a la literatura clásica.
La filosofía le atrajo desde su adolescencia en los años 20, cuando leyó Essai sur les données immédiates de la conscience, de
Henri Bergson. Estudió en París en la elitista École Normale Supérieure, donde conoció en 1929 a Simone de Beauvoir y a Raymond Aron. Sartre y de Beauvoir se volvieron compañeros inseparables durante el resto de sus vidas, en una relación no monógama. Juntos combatieron las suposiciones y expectativas de la formación burguesa. El conflicto entre la opresiva y destructiva conformidad espiritual (mala fe) y un «auténtico» estado de existencia, se convirtió en el tema central del trabajo de Sartre, un tema desarrollado en su principal trabajo filosófico El ser y la nada (1944).
La introducción más conocida a la filosofía de Sartre es su trabajo El existencialismo es un humanismo (1946). En este trabajo, Sartre defiende el existencialismo de sus críticos, que al final requieren la falsificación de sus ideas.
Se graduó de la École Normale Supérieure en 1929 con un doctorado en filosofía y sirvió como conscripto en el
Ejército Francés de 1929 a 1931. En 1964 rehusó el Premio Nobel de Literatura, alegando que su aceptación implicaría perder su identidad de filósofo.
Su vida se caracterizó por una actitud militante de la filosofía. Se solidarizó con los más importantes acontecimientos de su época, como el
Mayo Francés, la Revolución Cultural china —en su etapa de acercamiento a los maoístas, al final de su vida— y con la Revolución Cubana. Es el paradigma del intelectual comprometido del siglo XX.
El escritor y filósofo falleció el 15 de abril de 1980, a los 75 años de edad, en el hospital de Broussais tras una enfermedad, que de hecho le apartó de la dirección de Libération años antes. Fue enterrado el 20 de abril, rodeado de una inmensa multitud. Varias decenas de miles de personas -se dijo que unas 50.000- acompañaron el féretro hasta el
cementerio de Montparnasse, en París, donde descansan sus restos.


Sartre y la Segunda Guerra Mundial
En
1939, Sartre entró de conscripto en el ejército francés, donde sirvió como meteorólogo. Tropas alemanas lo capturaron en 1940 en Padoux, y pasó nueve meses como prisionero de guerra. Durante esa época escribió la obra Barioná, el hijo del trueno. De Padoux se lo llevaron a Nancy y luego a Treves. Lo liberaron en abril de 1941 por mala salud (según él su mala vista afectaba su balance). Gracias a su estatus de civil pudo escapar a París, donde se involucró en la resistencia francesa, y participó en la fundación del grupo de resistencia Socialisme et Liberté. Fue en esta época cuando conoció a Albert Camus, filósofo y autor muy cercano a sus puntos de vista, con el que estableció una cercana amistad hasta que las disputas políticas en torno al marxismo, y al llamado «socialismo real», les separaron.
Cuando terminó la guerra, Sartre estableció
Les Temps Modernes (Los Tiempos Modernos), una revista mensual de análisis literario y político, en tanto empezó a escribir a tiempo completo mientras seguía con su activismo político, abandonando su carrera de profesor.


Sartre y el comunismo
El periodo inicial de la carrera de Sartre, definida por El ser y la nada (1943), fue seguido por un segundo periodo de activista político e intelectual. En particular su trabajo de
1948 Manos sucias examinaba el problema de ser un intelectual al mismo tiempo que se participaba activamente en la política. Se afilió al Partido Comunista Francés (PCF), aunque apenas fue miembro durante algunas semanas, y desempeñó un papel prominente en la lucha contra el colonialismo francés en Argelia. Se podría decir que fue el simpatizante más notable de la guerra de liberación de Argelia. Tenía una ayudante doméstica argelina, Arlette Elkaïm, a quien hizo hija adoptiva en 1965. Se opuso a la Guerra de Vietnam, y junto a Bertrand Russell y otras luminarias organizó un tribunal con el propósito de exhibir los crímenes de guerra de los Estados Unidos. El tribunal se llamaba «Tribunal Russell».
Agudamente crítico del
estalinismo, su pensamiento político atravesó varias etapas: desde los momentos de Socialismo y Libertad, agrupación política de la resistencia francesa a la ocupación fascista, cuando escribe un programa basado en Saint-Simon, Proudhon y demás, cuando consideraba que el socialismo de Estado era contradictorio a la libertad del individuo, hasta su brevísima adhesión al Partido Comunista Francés, y su posterior acercamiento a los maoístas. Su principal trabajo en el intento de comunión entre el existencialismo y el marxismo fue Crítica de la razón dialéctica, publicado en 1960.
Durante la
Guerra de los Seis Días se opuso a la política de apoyo a los árabes, pregonada por los partidos comunistas del mundo (excepto Rumanía). Y, junto con Pablo Picasso, organizará a 200 intelectuales franceses para oponerse al intento de destrucción del estado de Israel, haciendo un llamado a fortalecer los sectores antiimperialistas de ambas partes como única forma de llegar a una paz justa y al socialismo. Sartre es un admirador del kibutz.
El énfasis de Sartre en los valores humanistas de
Marx y su resultante énfasis en el joven Marx lo llevaron al famoso debate con el principal intelectual comunista en Francia de los años 60, Louis Althusser, en el que éste trató de redefinir el trabajo de Marx en un periodo pre-marxista, con generalizaciones esencialistas sobre la humanidad, y un periodo auténticamente marxista, más maduro y científico (a partir del Grundrisse y El Capital). Algunos dicen que éste es el único debate público que Sartre perdió en su vida, pero hasta la fecha sigue siendo un evento controvertido en algunos círculos filosóficos de Francia.

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